martes, 9 de noviembre de 2010

Mourinho salva el primer desacalabro.

Salía el Real Madrid con el sello que le caracteriza en esta temporada, un equipo intenso, empeñado en asfixiar al rival, en gustar al público, en entregarse desde el primer minuto con el objetivo de comerse el partido sin dejar ni un trozo al oponente. Es de apreciar la gigantesca competitividad que ha conseguido imprimir Mouriño al equipo blanco de salida en todos los partidos, sea en el Rico Pérez, San Siro o La Nueva Condomina, eso es innegable.

Tanto fue el nivel del arranque blanco, que el Milan quedó ensombrecido en toda la 1ª parte. Y ni mucho menos hablamos de un mal Milan, el cual se mostró como un equipo sólido, competitivo y peleón, que metió la pierna y que, salvo ese jugador que hoy no es mas que la triste sombra de lo que un dia fue el gran Ronaldinho, en absoluto regaló nada; de hecho contó con 2 buenas ocasiones en los primeros 45´, gracias a sendos fallos de un habitualmente desacertado Pepe, pero que aun así nada pudo hacer ante el ataque merengue, que dispuso de hasta 9 ocasiones, 2 de ellas sacadas bajo palos por un Pirlo poco habitual en acciones de defensa.

Dominio absoluto del balón, presión en todo el campo, gran juego colectivo, defensa muy adelantada… lo de siempre en este año, pero en casa de todo un AC Milan; de hecho, no iríamos muy desencaminados si dijésemos que estamos hablando de la mejor 1ª parte, en cuanto a intensidad, dominio, juego y ocasiones, que se le recuerda al Madrid fuera de casa en Champions en años. Corto se quedó el 0-1 conseguido al borde del descanso por Higuaín en un gran pase en profundidad de Di María, que da muestras de la calidad que sus defensores reclaman, de ser algo más que un gran regateador.

En la 2ª parte, todo parecía igual, el Madrid mandaba, el Milan aguantaba el vendabal tras tiro lejano a la cruceta de C. Ronaldo desviado a corner por Abbiati, y otra gran ocasión de Özil. Pato parecía el único activo en el equipo milanista, siempre desquiciado por un sólido Carvalho. El partido estaba a punto de cambiar. El Real Madrid se sabía superior, y comenzó la relajación. Pepe seguía haciendo lo de casi siempre, más de las suyas, Marcelo y Khedira fueron difuminándose poco a poco del juego, Mouriño se preocupaba más de hacer gestos de soberbia a la grada que de lo que pasaba en el propio campo… entonces el Milan decidió meterse en el partido, lo que en la 1ª parte parecía un milagro.

Salía al campo un Inzaghi que sigue siendo leyenda viva rossonera, todo corazón, siempre motivado, sustituyendo a un Ronaldinho del que lo único que puede destacarse hoy es que es sigue sin poder verse las botas. Y vaya cambio, ojalá alguien les hubiera dicho a los merengones en el descanso que un gol de ventaja no es nada en el futbol, mucho menos si está Inzaghi metido en el ajo. Tardó sólo 7 minutos en marcar, nuevo fallo de Pepe que por una vez no pudo salvar el de siempre, un Iker Casillas que demuestra que de vez en cuando también se permite el lujo de ser humano.

Nunca habían remontado un partido al “Mou Team” este año, pero también es cierto que aun no se había visto así de desquiciado al Real Madrid, mostrándose a partir del gol como un equipo muy partido, con las líneas muy separadas, sin noticias de un perdido CR7, quizás pensando más en las ocasiones falladas en el primer periodo. Y mientras el Madrid seguía buscándose a sí mismo, Pipo se encontraba con su gol 70 en Champions League, aprovechándose de la adelantada defensa blanca en claro fuera de juego no pitado, para hacer un justo 2-1 para la 2ª mitad de ambos.

El Milan trató de cerrar filas con la entrada de Ambrosini y Gattuso, y le hubiera salido bien de no ser por que esta era la noche de los milagros y en el añadido un buen pase de Benzema encontraba el remate de un P.León que llevaba 10’ en el campo, y las tablas fueron ya inamovibles. Curioso que los mas criticados por Mouriño le diesen a la postre el empate.

Concluyendo, en el fútbol lo normal es que el que perdone, pierda. Más aún si el que perdona baja la guardia y sigue corriendo riesgos innecesarios. Y es que si tu equipo está fuerte en el campo y tu defensa adelantada funciona, facilitar un gran numero de fueras de juego es un gran recurso defensivo, (hasta 8 veces consiguieron que cayese en la trampa el Milan antes del bajón de la 2ª parte) pero si el equipo se tambalea y no hay retoques en la defensa, caes en la irresponsabilidad; ya que basta que en el 9º intento un simple fallo de apreciación del Linier te ponga el partido muy cuesta arriba. Y esto en liguilla se queda en simple anécdota, pero en 8ºs por ejemplo, te condena a apearte. El empate, aunque clasifica al Real Madrid automáticamente para el pase, ante semejante desperdicio de una admirable 1ª mitad, no puede si no saber a amarga derrota en casa blanca.

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