miércoles, 10 de noviembre de 2010

El fútbol como cuestión de Estado.

Para un país como Panamá, donde el furor futbolístico está consiguiendo poco a poco destronar al hasta ahora rey beisbol, el intento de clasificación para el mundial de la FIFA de 2014 se ha convertido en un tema que se sale de las páginas deportivas de los diarios. Ricardo Martinelli, presidente de la República desde hace algo más de un año, convirtió la eliminación de la ‘marea roja’ de la ronda clasificatoria del pasado mundial de Sudáfrica en un estilete durante su campaña electoral y una vez sentado en el sillón presidencial llego a ofrecer cinco millones de dólares para la contratación de un técnico de nivel internacional que garantizara la clasificación de la selección canalera para el próximo mundial de Brasil.

La dolorosa derrota de la selección en 2008, entonces dirigida por el tico-brasileño Alexandre Guimaraes, en los últimos minutos de la eliminatoria previa al hexagonal de CONCACAF a manos de la selección de El Salvador aun retumba en los foros futbolísticos locales. Esto propició una sucesión de anodinos técnicos interinos y a una lucha encarnizada por la dirigencia de la Federación Panameña de Fútbol. Y lo que parecía un triste panorama en el futuro cercano de la ´marea roja’.

Hasta que llegó Martinelli, su millonaria oferta y sus declaraciones explosivas acerca del mal manejo de la Federación. Esto generó una intensa rumorología así como un desfile por el suelo patrio de una serie de técnicos que se consideraban a sí mismos del nivel técnico idóneo (así como merecedores de la suculenta contrapartida, claro) como Sven Goran Ericsson o Alfio Basile. Por otra parte la Federación se rebeló ante lo que consideraba una injerencia política en sus atribuciones. Y en medio de todo este embrollo surgió una figura salvadora, admirada unánimemente por el aficionado local y con una imagen sin tacha ante los dirigentes de todas las esferas: Julio Cesar Dely Valdés.

El jugador con la mejor trayectoria internacional de la historia del fútbol canalero representa valores que pueden compensar la ‘experiencia’ de los otros candidatos: es joven y sus métodos acordes al fútbol moderno, tiene cierta experiencia en los banquillos europeos y conoce a fondo el futbol nacional y la idiosincrasia panameña.

Aun así no lo tuvo fácil. La votación federativa para su elección fue ganada por un solo voto, se le ofreció un vergonzoso contrato por objetivos con caducidad a un año (pendiente de los resultados que se obtengan en la copa UNCAF de enero y la CONCACAF Gold Cup del próximo verano) y por supuesto de los cinco millones de dólares, ni olerlos.

Desde que tomó las riendas de la selección se han realizado tres amistosos con resultados desiguales. Dos victorias por la mínima, una con tintes de venganza ante El Salvador y otra ante un rival con cierto cartel futbolístico como Perú (otro día hablaremos del festivo post-partido de los seleccionados franjirrojos y sus consecuencias). Y en fechas pasadas una derrota por goleada 0-3 ante la débil Cuba, con una selección formada al 100% por jugadores que militan en la liga local. De lo que se extrae la conclusión que el proyecto Dely solo es viable en un futuro próximo con la colaboración de los ‘legionarios’ como Blas Pérez, Jaime Penedo o Luis ‘El matador’ Tejada, y que la liga panameña aun no da un nivel siquiera cercano al de los países caribeños.

1 comentario:

  1. Excelente post, a este paso los periolistos vamos finos...
    Dely es Dios, creo que después de su nombramiento y del de Paulo Bento y el del mexicano ya son 18 los ex oviedistas seleccionadores!!

    ResponderEliminar